El uso evitable e irresponsable de los corticoides orales o inyectables puede ser riesgoso para el paciente y ocasionarle, por ejemplo, hipertensión, trombosis, glaucoma, cataratas, visión borrosa, aumento de peso, insuficiencia suprarrenal, osteoporosis o afecciones psiquiátricas, entre otras consecuencias negativas.